jueves, 3 de enero de 2013

La caridad cofrade


La Caridad es una de las virtudes teologales de la Iglesia Católica, la más importante de las tres. Por lo tanto, nuestras Hermandades, y por ende los cofrades, debemos practicar la caridad como Dios nos transmitió. Es llegada la Navidad, en estas fechas, cuando mayor actividad caritativa se da en las cofradías. 

Años atrás, lo común es que todas las Hermandades realizaran campañas de recogida de alimentos en sus respectivas Casas Hermandad o Capillas. Sin embargo, en los últimos años la necesidad de dar respuesta a un mayor número de personas que necesitan ayuda, a llevado a los cofrades a realizar estas campañas por las calles, llamando puerta por puerta para requerir la ayuda de todos los ciudadanos. Pero no sólo esto. También se realizan recogidas de juguetes para los más pequeños, eventos varios como conciertos o belenes con carácter solidario para recoger dinero o alimentos, ofrecer comidas a los más necesitados... Muchas y distintas actividades con un objetivo común, recaudar ayuda para dar al prójimo.

Pero no solo somos los cofrades solidarios en Navidad. Hace unos años, la cuadrilla de las Tres Caídas comenzó años atrás con una novedosa iniciativa en plena Cuaresma: el ensayo solidario. Actividad que tuvo un gran éxito y que se ha ido imitando en distintas cuadrillas los siguientes años. En la semana de papeletas de sitio, varias son las Hermandades que piden a sus Hermanos colaborar con un kilo de alimento cuando vayan a retirar su papeleta, también en pleno verano, se organizan recogidas de alimentos, o los puntos permanentes de colaboración con Madre Coraje, para la recogida de ropa, etc. Por que no sólo en Navidad se necesita nuestra ayuda. 

A parte de todos estos actos, las Hermandades también colaboran con sus parroquias a través de Cáritas Parroquial, ayudan personalmente a Hermanos que le solicitan ayuda en estos momentos tan malos que estamos pasando y muchas otras obras carítativas que permanecen en la sombra pero que dan gran ayuda a las personas que las necesitan.

Una gran cantidad de actividades que sin embargo, los detractores de las Hermandades obvian por completo, quedándose tan sólo con sus manidas justificaciones de que "las Hermandades sólo son oros y joyas, un despilfarro de dinero" y que "deberíamos venderlo todo y dárselo a los pobres"... Esto nos ha tocado vivir, una etapa en la que atacar a los cofrades es muy gratuito, pese a no tener ni la más mínima razón.

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